Llega a su casa con ganas de más, nunca es suficiente. Es lo que tienen las drogas, siempre quieres más. Lo necesita. Pero ahora él no tiene a su musa y los efectos de su ausencia le pasan factura.
Abrió la nevera, sacó una cerveza y caminó derecho al salón. Su cuerpo cayó desplomado en el sofá, fruto del agotamiento. Estiro sus piernas acorchadas, y resopló como si quisiera quitarse el peso de su propio cuerpo.
Sobre la mesa un montón de cartas, llevaba días sin abrir el correo. Aún así, cambió la vista para ignorarlas, cogió el mando y encendió la televisión.
-Hora de las noticias, poca novedad... la corrupción política, la pederastia en la Iglesia...- Dijo en voz alta, sin esperar una respuesta. La soledad seguía siendo muda.
Más tarde cuando había caído en los brazos de Morfeo, una pesadilla le trajo al mundo real. Se levantó del incomodo sofá, camino hasta el escritorio y comenzó a escribir.
"Cuando tu compañía me roba los sueños, quisiera parar el tiempo. Cuando la necesidad apremia buscarte es mi fuente de salud. Tenerte o no tenerte. Quizás el agua de mi cuerpo deje de convertirse en hielo y corra por tu piel, evaporandose entre tus poros. Cuando el miedo no me frene. Cuando las cosquillas sean extrañas sensaciones del recuerdo, entonces entenderé todo.
Hoy, el sábado... hasta cuando andaremos a vueltas con las letras. Te siento tan cercana, estas a mi lado. Pero cuando te tengo, me pierdo en el camino y ya no puedo quedarme y retrocedo, vuelvo a tientas sin saber si volveré a encontrarte.
Te amaré hasta mi ultimo aliento".
---
A la misma hora, estaban sentados los dos en el mismo bar, en la misma mesa. Pero esta vez ella no quiso el cuaderno. No quería palabras en un papel. Quería escuchar su voz, sus emociones... Se enfrentarían a sus miedos.
Adelante...
Buena Caza!!!
Abrió la nevera, sacó una cerveza y caminó derecho al salón. Su cuerpo cayó desplomado en el sofá, fruto del agotamiento. Estiro sus piernas acorchadas, y resopló como si quisiera quitarse el peso de su propio cuerpo.
Sobre la mesa un montón de cartas, llevaba días sin abrir el correo. Aún así, cambió la vista para ignorarlas, cogió el mando y encendió la televisión.
-Hora de las noticias, poca novedad... la corrupción política, la pederastia en la Iglesia...- Dijo en voz alta, sin esperar una respuesta. La soledad seguía siendo muda.
Más tarde cuando había caído en los brazos de Morfeo, una pesadilla le trajo al mundo real. Se levantó del incomodo sofá, camino hasta el escritorio y comenzó a escribir.
"Cuando tu compañía me roba los sueños, quisiera parar el tiempo. Cuando la necesidad apremia buscarte es mi fuente de salud. Tenerte o no tenerte. Quizás el agua de mi cuerpo deje de convertirse en hielo y corra por tu piel, evaporandose entre tus poros. Cuando el miedo no me frene. Cuando las cosquillas sean extrañas sensaciones del recuerdo, entonces entenderé todo.
Hoy, el sábado... hasta cuando andaremos a vueltas con las letras. Te siento tan cercana, estas a mi lado. Pero cuando te tengo, me pierdo en el camino y ya no puedo quedarme y retrocedo, vuelvo a tientas sin saber si volveré a encontrarte.
Te amaré hasta mi ultimo aliento".
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A la misma hora, estaban sentados los dos en el mismo bar, en la misma mesa. Pero esta vez ella no quiso el cuaderno. No quería palabras en un papel. Quería escuchar su voz, sus emociones... Se enfrentarían a sus miedos.
Adelante...
Buena Caza!!!
4 comentarios:
Dejar el miedo a un lado, pues claro. Espero que sean felices y coman codornices, pollo, lubina...jajajaja
Creo que no son codornices son perdices, porque la Codorniz era de papel y salvo las cabras, el papel no se come
Doctorada en "cuadernos" y letras...
Bonito de leer.
El Anónimo era yo... no se marcó el nombre.
Me reitero, está bien escrito.
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